jueves, 28 de mayo de 2020

ADIÓS VIDA MÍA


  

Manuel amaba a Dorila. Dorila amaba a Manuel. Pero, como con no poca frecuencia suele ocurrir en la vida, Dorila terminó casada con David.
Ella era hermosa. Hija única de una familia portuguesa establecida en Caujul. 
La madre de David propuso a la mamá de Dorila juntar las vidas de sus hijos y sus patrimonios.

Cuando nada de eso era imaginable,
a lomo de un brioso corcel, Manuel se apareció un día en Caujul. Cabalgó ansioso las horas de recorrido que separaba las haciendas de sus padres. Apenas llegar se encontró con el pueblo de fiesta, no por ser día de celebración patronal sino porque la niña Dorila, su hermosa Dorila, se había casado y los festejos duraban ya una semana.
Al saberlo Manuel experimentó la sensación más desoladora de su vida, una angustia atroz y sin límite. 
Cuentan que miró al cielo, que sacó su revólver, que descargó todas sus balas y se fué. Así murió el amor de Manuel por Dorila.

Pero el amor nunca muere, solo cambia de lugar.
Veinte años después, Luzmila Reyes (hija de Dorila) se casó con Roberto Vizurraga (hijo de Manuel). Así, a través de sus hijos, el amor de Dorila y Manuel, encontró su camino y consagró un destino.