Cuando en 1967, invitado por la universidad de Harvard, el escritor argentino Jorge Luis Borges (quien fuera bilingue desde la infancia) visito los EEUU; a su retorno, luego de causar asombro y deslumbrar ante el auditorio ingles de la magna institución norteamericana, dijo algo que hoy 21.1.2017 mas que nunca resulta esclarecedor recordar: "Y me encontré con un gran país hecho por individuos muy mediocres".
Luego de ver, y oir, que el país que inventó la democracia moderna, entroniza -para los próximos cuatro años- como su principal dirigente a un astuto y cándido niño-hombre, es evidente, que no solo los individuos, sino aun las sociedades que conforman, incurren en garrafales torpezas (Hitler nació también en las urnas) y actos que contradicen su historia.
"Los brutos también necesitan quien los represente", se ufanaba alguna vez una parlamentaria fujimorista. Trump, bajo esa premisa y la legitimidad de su cargo (pese a que la cantidad de sufragios individuales no le favoreció) no es menos meritorio mandatario que su predecesor. Sin embargo, es innegable que con su elección, el pueblo norteamericano, con mas desesperación que esperanza (que explica la apatía de la ceremonia de asunción) ha optado por manifestarse por debajo de su inteligencia y tradición .
Acaso premunido por aquella certeza, Obama al despedirse de sus colaboradores, expresó que la democracia no eran los monumentos ni las instituciones sino aquellos que luchan por su existencia y que el desvarío de su sucesor no era otra cosa que una pausa. Un pedo en el banquete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario