Huacho |
Remoto pueblo de agricultores y pescadores, hoy boyante capital regional, Huacho conserva aun las piedras de su fundación (Bandurria) pero ha olvidado el idioma de sus constructores.
Por otra parte, en las gloriosas y trágicas jornadas de lucha social (que perennizaron los nombres de Irene Salvador y Manuela Chaflojo) en el siglo XX su principal propulsor fue un peluquero, no huachano, de la calle Bolivar.
Incluso el restaurante mas representativo de Huacho, ubicado en la campiña, lleva el nombre de un fundo que se encuentra en Cajatambo.
Y es que el antiguo idioma que hablaron los constructores de Bandurria, es el quechua que perdura en la voz y memoria del pueblo cajatambino.No menos significativo, aunque ninguna calle o plaza de Huacho lo recuerde, es saber que Teófilo Gonzales Jiménez, cajatambino residente en La Capital de la Hospitalidad, fue quien inspiró y orientó la rebelión de 1916-17
Finalmente, la celebración festiva mas vistosa y elegante que exhibe Huacho cada año durante las fiestas patrias se debe a la comunidad cajatambina, de manera tal que Huacho ha recuperado algo que alguna vez tuvo: una celebración que la una, la reúna y la represente.
Es ese el Huacho que el domingo 23.4.2017, en el marco de la reunión previa a la celebración de las fiestas patronales de la comunidad cajatambina, tuve la gratitud de compartir con Lizbet y Bianca Susanibar, dos mujeres hermosa y genuinamente huachanas, que degustaron sendos mates de Pari (compuesto por cinco tipos de carne) para luego, al acorde de guitarras y mandolinas, bailar jubilosas no pocas canciones entonadas en el mismo quechua que alguna vez se habló también en Huacho.
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