lunes, 15 de febrero de 2010

BARBARA HABERSTOCK‏: ENTRE MARES Y LAGUNAS



La profesora Bárbara Haberstock nació en la ciudad de Sonthofen (Alemania) en 1946. Y fue allí, en las clases escolares de geografía que, siendo aun adolescente, la impresionó saber que en los andes del Perú se encontraba el lago más alto del mundo. Fue así que en 1986, al cumplir los cuarenta, decidió entusiasmada enrumbar sus vacaciones hacia América del Sur. Recorrió Ecuador, Perú y Bolivia. Sin embargo, no fue el lago Titicaca sino una inesperada laguna en Sicuani (Cuzco) lo que en verdad la cautivó. Una laguna con una islita al centro donde florecía la flor de sus secretos. Su santuario personal. Pues, según recuerda, desde la primera vez que lo visitó no hubo lugar más suyo ni espacio más entrañable al que anhelara volver siempre.
De manera que su regreso fue un hecho tan extraño e inevitable para quienes la vieron partir del mismo modo que lo fue para quienes la vieron llegar dos años después, en diciembre de 1988. A pesar que en el Perú se vivía a salto de mata Barbara no se intimidó, permaneció un año en Churín y dos en Oyón. En total fueron tres años de colaboración con la organización católica Caritas. Tres años realizando labores pastorales y de apoyo social entre los clubes de madres y las comunidades campesinas de la provincia de Oyón. Tres años en los que atraída por la religiosidad popular de los peruanos se involucró de tal manera que pronto “la hermana Bárbara” (como empezaron a llamarla) aprendió no solo a bailar huaynos sino hasta chacchar y brindar dando pago a los Apus. Finalmente cumplidos los tres años volvió a su país, pero solo para renovar su contrato por dos años más.
Sin embargo, muy a su pesar, por motivos que piadosamente prefiere ignorar, a su retorno decidió optar por nuevos rumbos. Para comenzar descendió de las cordilleras hacia una vecina ciudad litoral de las provincias de Lima: Huacho. Se instaló en una casa que daba al frente de un colegio especial, y pronto la presencia cotidiana de aquella vecindad, despertó la preocupación docente de “la hermana Bárbara”. De modo que casi enseguida pasó a colaborar en la parroquia “Divino Maestro” de Huacho y con el colegio especial. Pero asimismo, casi de inmediato, por muchos esfuerzos que despliega, siente, no sin frustración, que su contribución es insuficiente e infructuosa y que más que colaborar urge establecer un modelo a seguir. Es decir, constituir una realidad concreta que hable por si sola con la elocuencia de los hechos.
Así abre sus puertas, con el decidido respaldo y la generosa complicidad del sacerdote parroquial de Huaura, el padre Andrés, y de la presidenta del club de madres, un día de 1993, el colegio especial - verdaderamente especial- “San Francisco de Asís” en un modesto local prestado y puesto al servicio de familias básicamente campesinas del distrito histórico donde surgió el estado peruano. De forma que ese mismo estado al año siguiente, a través de su representante local: la Ugel 09, hace entrega al colegio especial de un terreno con apenas dos aulas a medio construir. Y a partir de allí con el apoyo del órgano estatal de obras locales (Foncodes) y la donación de recursos extranjeros el descampado con dos aulas pasó a transformarse, en breve tiempo, en un flamante colegio equipado instrumentos didácticos traídos de Alemania. Para lograrlo fue indispensable poner a prueba el desafiante esmero de su fundadora, que ni siquiera cuando le exigieron organizar la inauguración con la fugaz presencia del presidente de la república aceptó hacerlo, en tanto la construcción no estuviera concluida ni todos los recursos cooperantes invertidos. Tanto que el “San Francisco de Asís” celebró su inauguración cuando lo decidieron así la férrea Bárbara y sus disciplinados colaboradores.
Erigida la escuela, 1996 Bárbara vuelve a Alemania y retorna luego de renovar su contrato una vez más. En 1998 asume la dirección del Proyecto de Integración, que forma parte de un convenio entre los gobiernos de Alemania y del Perú que busca enfrentar los problemas de aprendizaje dando atención exclusiva a los alumnos involucrados. De modo que la integración orienta su énfasis en capacitar a los alumnos con dificultades para que puedan continuar su aprendizaje normal. Esa experiencia piloto se aplicó en el ámbito de la Ugel 09 al mismo tiempo que el colegio especial “San Francisco de Así” se trasformaba en lo que desearíamos fuesen todos los colegios a cargo del estado peruano.
Pero una vez más en el 2001, muy a su pesar, llamada por el gobierno de su país después de 11 años de permanencia en el Perú, pero sobre todo, de 11 años al servicio al Perú, Bárbara regresó a Alemania para cerrar en julio del 2006 un singular ciclo de 37 años de actividad docente al servicio de su país y del nuestro.
Coherente con su trayectoria y fiel a sus convicciones desde el 2004 preside en Alemania la asociación “Ayúdame” y en el 2008 ha vuelto para dar nacimiento oficialmente -siempre en Huaura- a un nuevo colegio especializado en acoger alumnos con problemas de conducta y de aprendizaje cuyo nombre, no podía ser más justo y preciso, es simplemente “Santa Bárbara”. De manera que Bárbara, es madre de dos hijos. Dos hijos que viven por ella y vivirán con ella.
Sirvan pues estas palabras que evocan su trayectoria ocasión propicia para saludar también no solo a la profesora alemana sino a la andariega gourmet que un día conoció Cajatambo y probó un mate con Pari para no olvidarlo jamás.