miércoles, 17 de junio de 2009

GEORGIE

 
Jorge Luis Borges escucha  a Maria Kodama, su mujer

Aunque cierto día, siendo profesor de la universidad en su ciudad natal, en la escueta hoja de vida que presentó apenas escribió: "Jorge Luís Borges. Nacido en Buenos Aires el 24 de agosto de 1899. Ex profesor de la Universidad de Austin y autor de algunos libros de poesía, cuentos y ensayos", más allá de los homenajes la obra de Borges perdura en sus conversaciones y conferencias de igual modo que en sus libros. Para entenderlo nada mejor que comenzar por aquella memorable semblanza de si mismo que,precisamente, se llama "Borges y yo".

"Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren preservar su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.

No sé cuál de los dos escribe esta página".



Enseguida una entusiasta y arbitraria antología de algunas entrevistas que recogieron su voz y su palabra:

Escribir: “Cuando escribo trato de prescindir de mis opiniones. La literatura es una operación misteriosa”.

EEUU: “Es que viví cuatro meses ahí. Y me encontré con un gran país hecho de individuos muy mediocres”

Literatura Española: “Creo que fuera de tres o cuatro libros podría prescindir de la literatura española. De todo esto se salva El Quijote , sobre todo su segunda parte. Lo demás de Cervantes es horroroso”

Guerra: “La guerra es la organización del homicidio”.

El peligro de matar: “Es mayor el peligro de matar que el de morir, ya que de cualquier modo vamos a morir”.

Mark Twin: " Yo no pregunto si un hombre profesa tal religión, pertenece a tal raza o nació en tal país; me basta con que sea un ser humano; peor que eso no puede ser”

Herencia: “Tengo alguna sangre judía -no se si es importante, tal vez no-, pero quizá es mas importante el hecho de haber leído La Biblia, a Spinoza, a Kafka. La sangre es lo de menos”.

Abuelas de la Plaza de Mayo: “Aquí venían señoras que lloraban...Y francamente no eran actrices”.

Premio Cervantes a Octavio Paz: “Muy bien dado a Paz. En mi caso se equivocaron. Sí, conozco su poesía, lo admiro mucho. Tengo la mejor opinión de él: gran poeta”.
Entrevista:

"- Borges, usted no lee desde 1955
-Sí, pero tengo amigos que me leen. Seis o siete amigos buenos que me visitan siempre y que me leen.
- Así conoció a García Márquez
- Claro, un gran escritor, aunque creo que el principio de Cien años de soledad es mejor que el final. Pero es normal. Al final el autor se cansa”.

Amigos: “Tengo algunos amigos jóvenes que no pueden darme todo su tiempo, como es natural, pues tienen que gozar de la vida. Pero yo agradezco a todas las personas que vienen a poblar mi soledad”.

El misterio de las palabras: “Si yo digo: Boga boga en el lago sonoro/ donde el sueño de los tristes espera/ en una góndola de oro/ la novia de Luis de Baviera, cada uno de esos símbolos es hueco, pero el conjunto funciona, uno se siente movido”.

Música y poesía: “Y los vientos se marchitan en el cielo. No sé si quiera decir algo, pero no importa ¿no?. Es muy importante el sonido. Desdeñar la música es renunciar a un elemento esencial del verso”.

Metáforas: “Bueno vamos a enumerarlas: el tiempo y el río, la vida y los sueños, las mujeres y las flores, los ojos y las estrellas. Yo creo que con eso ya tenemos para siglos de poesía”.

Los ojos y las estrellas: “Yo querría ser la noche para mirarte con millones de ojos”
(Epigrama atribuido a Platón)

“ Una nube mayor que el mundo y un monstruo hecho de ojos”
(Chesterton)


Dos metáforas imposibles: “El mármol como luz de luna maciza
El oro como fuego congelado”
(Chesterton)

La búsqueda: “Amar y ser amado es espléndido, pero no se si se puede durar mucho tiempo ¿no?.¿Quién puede negar eso?. Solamente un loco puede negar eso”.


Neruda: "Creo que fue un gran poeta. Y creo algo con lo que ustedes quizás no están de acuerdo. Yo abomino del comunismo, pero pienso que el comunismo le hizo bien a Neruda. Si no hubiese sido un poeta político, habría sido un mal poeta. Un mediocre poeta romántico”.


Los libros: “La belleza es algo común que se puede encontrar en todas las cosas; por ejemplo, yo no conozco nada de literatura yugoeslava, pero eso no impide que de pronto en un libro de un escritor de ese país yo encuentre una frase que me deslumbre. Por eso conviene mantener el culto del libro, que creo es la mejor fórmula para encontrar la sabiduría. Además son los propios lectores los que enriquecen el libro. Con el transcurrir del tiempo un libro crece.

A las letras los hombres les debemos casi todo lo que somos. Porque, ¿qué es nuestro pasado sino una sucesión de sueños?.¿qué diferencia se puede encontrar entre recordar y soñar?, ¿entre recordar sueños y recordar el pasado?.El libro es la gran memoria de los siglos. Su función, por consiguiente, es irremplazable. Si los libros desaparecerían, desaparecería la historia. Y también desaparecería el hombre”.

Homo Sapiens:"Pensar, analizar,inventar no son actos anómalos, son la normal respiración de la inteligencia".

La literatura y la vida: "La literatura es un fin en sí, no es un medio. Si vivo para la literatura, si mi vida es una vida esencialmente literaria, si veo todo en función de la literatura...no me importa haber sido desventurado porque esa desventura tiene también su lado literario...en mi caso, escribir es un destino".

El misterio de la existencia: "Desconocemos los designios del universo pero sabemos que razonar con lucidez y obrar con justicia es ayudar a esos designios que no nos serán revelados"


Testimonios:

"Recuerdo que tenía 22 0 23 años cuando se publicó por primera vez
Ficciones... Se había hecho 500 copias, practicamente nadie se había dado cuenta. Entonces vino un poeta italiano que me dijo:`Lea este libro. es de un argentino que nadie conoce aquí´.Me enloqueció. Me pasaba noches y noches leyendoselo a mis amigos. Me reconocí de inmediato en Borges. Fue un amor a primera vista". Umberto Eco (Italia).

"En 1971 Borges vino a Oxford, obviamente para recibir un título honorario. En ese momento yo estaba trabajando en el Oxford English Dicctionary y, por la noche,Borges ofreció algo que no puede llamarse, exactamente, una conferencia o una lectura o un seminario, sino una suerte de audiencia papal informal. Yo ya había estado frente a otros escritores `a veces bastante famosos´, pero, por lo general, no me habian impresionado. Más bien, me habian parecido actores que simulaban haber escrito las palabras que estaban pronunciando y estar vendiendose de alguna manera. Borges era totalmente diferente. Al finalizar el encuentro, pensé: si esto es ser un escritor, vale la pena serlo". Julian Barnes (Inglaterra).

"Ya en el estrado de Memorial Hall, los aplausos no cesaron hasta que Borges (tras un breve presentación mía) empezó su recital en un inglés de entonación escocesa que sobrecogió al público, pues Borges citaba solamente a poetas de lengua inglesa. Sus palabras eran, así, como el leve marco de los textos recitados, que, para muchos oyentes, eran revelaciones de su propia literatura. Es más, algunos de ellos acudieron a las bibliotecas universitarias de Harvard para leer, por primera vez, a autores como Kipling. Y al cabo de cuarenta y cinco minutos se había creado en Memorial Hall un clima humano sorprendente, como si un bardo antiguo estuviera allí, reencarnado en la persona y voz de Borges". Juan Marichal (España).

"Usted dijo que le debemos a la literatura precticamente todo lo que somos y lo que fuimos. Si los libros desaparecen, desaparecerá la historia y también los seres humanos. Estoy segura de que tiene razón. Los libros no son solo la suma arbitraria de nuestros sueños y nuestra memoria. También nos dan el modelo de la autotrascendencia. Algunos piensan que la lectura es solo una manera de escapar: un escape del mundo diario `real´ a uno imaginario, el mundo de los libros. Los libros son mucho más". Susan Sontag (EEUU).

"El significado de un libro no está detrás de nosotros, sino que nos encara. Y tú, lector del Quijote, eres autor del Quijote porque cada lector crea su libro, traduciendo el acto finito de la escritura en acto infinito de la lectura.
Por haberme enseñado esto, le doy gracias a Georgie". Carlos Fuentes (México).

"Como ya lo había hecho con mi marido que veía muy mal, yo le lía a Georgie, a partir de los siete años. Y cuando el escribia, me dictaba. Hay ciertas cosas que nunca me leyó, como el poema `Los dones´, tan triste donde habla de sus ojos. Pero lo leí cuando apareció impreso. `¿Cómo hiciste?´, le pregunté. Y me respondió:`Se lo dicté a uno de la biblioteca, porque pensé que a tí te causaría mucha pena´...Un día le pregunté:`¿Porqué no vuelves a escribir las mismas cosas de antes´.`Déjame -me contestó-, déjame´. Y tenía razón". Leonor Acevedo de Borges.






martes, 16 de junio de 2009

OCTAVIO PAZ

(1914-1998)


El 19 de abril de 1998, a las diez y medía de la noche, falleció en Coyoacan (México) Octavio Paz. Así concluyó una trayectoria vital de 84 años que hizo posible la prosa más notable del siglo XX. Sin embargo se trató de un poeta. Un gran poeta (sin duda uno de los cuatro grandes de la poesía de América del Sur junto con Vallejo, Neruda y Borges). Entonces, cabe preguntarse, ¿ porqué encomiar tanto la prosa de su prosa?. La razón es simple: escribió los ensayos mejor escritos del idioma español. Pues si Alfonso Reyes fue un océano frenético y Borges un relámpago implacable Paz ensayista fue simplemente una luz que al mismo tiempo que alumbra abriga. Por eso su palabra aunque alcance el minucioso rigor de una fotografía perdura, ante todo, con la rotundidad final de un abrazo.

A lo largo de su vida convocó el reconocimiento y la amistad de los más grandes pensadores hispanos que lo precedieron: Ortega y Gassett, Reyes y Borges; y del mismo modo retribuyó con admiración el aprecio de sus iguales en este y el otro mundo (es decir: en la memoria). No es una exageración: El laberinto de la soledad, su primer ensayo publicado en 1950, ha logrado la misma cifra de ejemplares vendidos que habitantes tiene el México actual: 100 millones de lectores.

“No miro con los ojos: las palabras son mis ojos”, escribió. Testigo lúcido y apasionado de su siglo no buscó refugio en el pasado ni en las ficciones ni en el respetable amparo de las cátedras. Su atención siempre fija en el presente; por el contrario, nunca estuvo solo en el presente. Y puesto que, según creía, ciegan por igual la excesiva luz y la excesiva sombra, su mirada vigilante y acuciosa proyectó una visión y un tono tan inconfundibles que no leerlo es ignorar la forma más extraordinaria de ordenar palabras para aprender a mirar (y caminar) en este mundo de breves dichas y largas penas.

Aunque en su trayectoria laboral fue maestro de escuela y diplomático el resto de su vida su existencia no fue otra cosa que un constante -solitario y solidario- ejercicio del entendimiento a través de la poesía y de los textos de discernimiento que motivan esta desordenada evocación. Textos que en total suman 16 tomos (a un promedio de medio millar de páginas cada uno) presentados y compilados por su propio autor. Ahora mismo, cuando proso estas vacilantes líneas, tengo dos de ellos a mí alrededor: Usos y costumbres, que abordan las no siempre armoniosas vinculaciones entre la cultura y el poder. Igualmente perduran en mi memoria la fascinante lectura (y relectura) de un puñado de libros sin los cuales jamás me hubiera atrevido a publicar. Pues, como dijera el mismo Octavio, se aprende copiando de los demás y después sigue uno su camino.

Han pasado los años (y seguirán pasando) pero si es verdad que el estilo es el hombre, continua hoy tan vivo como cuando estuvo presente. Y no menos actual; puesto que hoy como nunca las miradas se dirigen hacia las dos culturas que más lo cautivaron: India y China. Y asimismo, tal como celebró al imaginarlo, vivimos una época en que las imágenes, los signos y sonidos se han entreverado en nuestras vidas de tal modo que lejos de ocultarse la palabra sigue teniendo la última palabra.

El tiempo en su curso inexorable vuelve olvido al presente, que duda cabe; sin embargo, me parece oír todavía las palabras de la mujer que me quería con mis libros octavianos y todo lo demás: “Ha muerto ese señor ¿no?”. Falso: para mí fue ella la que murió.
 

Pensamiento y palabra:

“La libertad no se define: se ejerce. Es una respuesta. La prueba de la libertad no es filosófica sino existencial: hay libertad cada vez que un hombre se atreve a decir No al poder. No nacemos libres: la libertad es una conquista – y más: una invención”.
“Queremos comprender y para comprender se requiere intrepidez y claridad de espíritu. Además y esencialmente: piedad e ironía. Son las formas gemelas y supremas de la comprensión. La sonrisa no aprueba ni condena: simpatiza, participa; la piedad no es una lástima ni conmiseración: es fraternidad”.
“El ensayo es un genero difícil. Por esto, sin duda, en todos los tiempos escasean los buenos ensayistas. En uno de sus extremos colinda con el tratado; en el otro con el aforismo, la sentencia y la máxima. Además, exige cualidades contrarias: debe ser breve pero no lacónico, ligero y no superficial, hondo sin pesadez, apasionado sin patetismo, completo sin ser exhaustivo, a un tiempo leve y penetrante, risueño sin mover un músculo de la cara, melancólico sin lágrimas y, en fin, debe convencer sin argumentar y, sin decirlo todo, decir todo lo que hay que decir…”
“La guerra acompaña al hombre desde que es hombre. Es uno de los componentes del ser humano y de ahí que no sea exagerado hablar de un instinto guerrero. Las religiones, las filosofías y las ciencias han tratado de explicarlo. La teología acude al pecado original y a Caín; el marxismo a la división de clases sociales; freíd a Eros, Thanatos y al sadomasoquismo; Nietzche a la voluntad de poder; la sociobiología a nuestro pasado animal. Lo cierto es que la guerra aparece en todas las sociedades y en todas las épocas”.
“Los hombres hemos cambiado y sublimado nuestra sensualidad: la hemos convertido en rito, pasión, imagen, teatro, ceremonia y así hemos creado un dominio distinto y puramente humano: el erotismo. Transformar el instinto de lucha exige un cambio muy profundo en la conciencia de los hombres. Es algo dificilísimo, no imposible. No soy enteramente pesimista: el hombre es el único animal que cambia”:
“No propongo, claro, abolir al mercado sino someterlo al Estado. Sería suicida. Es un mecanismo eficaz y sin él la vida económica se estancaría. Pero hay que decir, asimismo, que el mercado provoca graves desigualdades y muchas injusticias. Además, es el responsable de una lacra moral y psicológica que degrada a nuestras sociedades: la substitución de los valores –éticos, afectivos, estéticos, políticos- por el precio. Las cosas y los hombres no tienen valor: tienen precio”.