Entre nubes y barro
junto al río
aparece Marcela
a pesar del tiempo
que nos pasa
y nos pesa
me reconoce de inmediato
del mismo modo
constato en sus arrugas
las garras del tiempo
Me dice que se dirige
a Pumataquin
que María tiene cosecha
y le falta gente
conmovido
y a la vez complacido
de verla y oírla
no le digo nada
solo la veo irse sola
cargada de años
Al otro día
en una ladera
vuelta parcela
a 700 m sobre la base
del cerro
vuelvo a ver a Marcela
sudorosa desbrozando
la húmeda tierra
para coger sus frutos
La miro y la vuelvo a mirar
pues su presencia
me emociona
por eso hablamos
mejor dicho la escucho
recordar otras cosechas
con otras gentes
que de algún modo soy yo:
mis abuelos
Era entonces
una mujer
ágil y robusta
siempre presurosa
siempre hacendosa
Penelope errante
Chamorra
antes que Marcela
tejedora inolvidable
Entre las nubes
que vienen y se van
su presencia brumosa
me enternece más todavía
pues no es para menos:
las cosechas pasan
y los cosechadores
de igual modo
vienen y se van.
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