sábado, 21 de diciembre de 2013

BELLEZA y PODER


Lucina y Mario. Foto: Vanessa Martinezes

¿Qué le puede agregar el poder a la belleza? Acaso la belleza del poder. No por nada, se suele decir, que el poder es el sexo de los viejos (y el sexo el poder de los jóvenes). De modo que, tener juventud y belleza, magnifica los goces y atributos de ostentar un cargo. Es verdad, que se trata de servir. De trabajar para los demás con la ventaja de representar a otros siendo igual a cualquiera. Sea lo que fuera, el poder es actuar. Vivir en escena. Y en ocasiones, morir por la escena.

De cualquier modo, una evidencia de que la belleza tiene su jale es que el partido aprista en el periodo gubernativo 2011-2016 tenga la parlamentaria más buenamoza teniendo la representación más ínfima. Y por si fuera poco, reelecta. Cierto que su elección difiere de la de una concursante de belleza, pero es innegable -y grato- también que se le parezca.

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