martes, 7 de enero de 2014

AURELIA CABRERA HUAMÁN

(1934-2014)


La tarde del 7.1.2014 al ritmo sonoro y melodioso de una banda de viento, lejos del paraje de Alhuapata, distante de las nubes y las lluvias que en esa época del año humedecen su suelo, Aurelia Cabrera sale de su casa en Huacho rumbo a su morada final.
En hombros de sus hijos varones avanza en la tarde candente. Y allí junto al cortejo familiar van también los comuneros de la comunidad campesina de Lascamayo y los vecinos del barrio de Macnamara.
Madre de siete hijos (dos mujeres y cinco varones). Esposa de Juan Román Solórzano. Hija de  Nazario Cabrera Villanueva, la tía Aurelia fue la más entrañable prima de mi madre en el valle de Ambar.

Tía  Aurelia y familia

Por eso cuando perdimos a mi madre fue ella la única que nos hizo sentir, con su presencia y cariño, que no la habíamos perdido del todo. Y es que ambas, unidas por un culto especial a la memoria de sus padres, prolongaron el afecto que se prodigaron Nazario Cabrera y su primo Augusto Villanueva Marín.
De manera que en sus palabras y través de sus recuerdos Nazario seguía ingresando, dando gritos sobre una mula briosa, a la hacienda Colpa. Y del mismo modo, Augusto, administrador de la hacienda, seguía repitiendo risueño: "Ya está llegando el loco de mi primo".
Y así nos criaron, escuchando hablar a unos abuelos que no escuchamos y ni siquiera vimos pero que, por ellas, aprendimos a querer y respetar. Dos abuelos que vivieron en Cajatambo pero que aprendimos a querer y respetar en Ambar. 
Dos mujeres, Aurelia y Saturnina; dos agricultoras y ganaderas, ambarinas-cajatambinas; dos primas (que se quisieron como hermanas) cuyas vidas desafiaron las agrestes soledades andinas sin jamás olvidar cultivar la gracia y la ternura de celebrar la vida. 


Clemente, Ruben, José 

Mi madre la quería por que en ella veía, más que cualquiera, el temple y el talante de aquel tío que donde quiera que fuera se imponía por su presencia y elocuencia. Una elocuencia que, a pesar del pesar, se dió abasto y solvencia para que a través de la profesora Flor Cabrera, recibiera la tía Aurelia, a nombre de la tierra de su padre, el  vibrante y sentido homenaje final de Cajatambo.



Última visita a Alhuapata:








2 comentarios:

  1. Etraordinario tu semblenza o cronica de mi madre primo pero la gente buena se gana su propio reconocimiento con su calidad de trato al misma gente que ni siquiera lo cocen eso es la gemte pioviciana com valores y humildad como cuestras madres que era tan facil desprenderce de cualquier cosa para satisfacer la nesecidad del que lo nececitaba asr no lo conociera

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  2. Hermosas evocaciones y semblanzas a mi madrecita adorada después de ya dos años y pareciera que fue ayer. Mi madre murió y hoy no está presente físicamente en mi vida, pero a ella le debo de todos mis logros y la tengo presente en mi corazón todos los días.
    Fue ella la que me apoyo en los momentos difíciles, la que me alentó cuando nadie lo hizo y la que por mi entrego todo.
    Mi madre merece el crédito por toda mi felicidad y la de mis hijos.Cuanto lo extraño.

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