sábado, 15 de marzo de 2014

RICARDO ESPINOZA Y MANEL DE LA MATTA


Ricardo en el Mirador de San Antonio. Cordillera Huayhuash.
Guía de montaña y miembro de la comunidad campesina de Huayllapa (provincia de Cajatambo), uno, y el otro, economista y alpinista nacido en Madrid, a pesar de la distancia de los lugares en que nacieron, unidos por una pasión común hacía las montañas, se conocieron y fueron amigos.
Ricardo, el montañero más calificado con que cuenta Cajatambo, es el guía que mas ha recorrido y mejor conoce la Cordillera Huayhuash. Padre de tres hijos varones (no menos amantes de las montañas que el padre) esta casado con Avilia Roque.
Cuando le pregunto quien, de todos cuantos conoció y conoce, es el alpinista que mas recuerda; sin dudarlo, de inmediato, responde: "Manuel, un español que se quedó en el Huayhuash varios meses. Ese pata si era un capo. Hasta me hizo escalar. Aquí paraba feliz. A veces hasta iba con nosotros a la chacra. Comía lo que comíamos y también chacchaba. Por las noches, sacaba su cuaderno y anotaba todo lo que conversábamos".
Con Ricardo,  frente a la laguna Jurao. Cordillera Huayhuash.
Las palabras de Ricardo, sin duda, condicen con lo que Valentin Giró, dicipulo y colega, considera era trepar cumbres para Manel: "La montaña era mucho más que la escalada escogida, era la historia y las narraciones de los alpinistas que la habían ascendido, su literatura, la fuerza de su naturaleza; los colores y formas de sus rocas, del agua, del hielo y el viento, el país".
Después de la cena, sentado ante la misma mesa donde también estuviera el alpinista catalán, le preguntó a Ricardo sobre su paradero. "Quedó en volver -responde- pero sus paisanos, otros españoles, me han dicho que murió de apendicitis subiendo una montaña en el Himalaya".
Entonces recuerda aquella ocasión de su visita en que luego de diez días se volvieron a encontrar. "Cuando volví estaba feliz.'Oye Ricardo, que te parece, me subí al Rosarío', me dijo". Enseguida, para celebrar, fueron hasta el pueblo. "Pucha, ese día comimos pachamanca y nos emborrachamos todo el día".
Así era Manel de la Matta, el alpinista que murió y se quedó el 18.8.2004 en la cima del K2, la segunda montaña más alta (pero primera en dificultad) del mundo. El mismo que, fiel a su pensamiento y a su sentimiento, declaró un día: "Es normal que se busque escalar y explorar las montañas más famosas, pero cuando esto ya se ha hecho, siempre queda encontrar o abrir nuevas y olvidadas vías”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario