sábado, 18 de abril de 2015

LETRA Y MÚSICA


La amistad entre el escritor José María Arguedas Altamirano (1911-1969) y el violinista de los danzantes de tijeras Maximo Damian Huamani (1936-2015) es legendaria en la historia cultural del Perú.
Para los amigos de Arguedas, por la diferencia de edad y formación, Máximo será  siempre mas que un amigo la encarnación del afecto paternal del escritor hacia el musico y hacia la cultura que lo creo.
Tan buen padre fue Arguedas para Maximo que hasta se declaro por el ante Isabel Asto. La misma Isabel -madre de sus tres hijos- a la que dijo al presentarme: "El es el que trajo manjarblanquito". "Muchisimas gracias, estaba riquisimo", dijo la esposa.
Demás esta -aunque no lo sea nombrarlo- que el manjar no fue otro que el que mi padre comenzó a producir en Cajatambo: "La Cajatambina" (el mismo que representa a Cajatambo en Mistura).
Era 2013, Maximo y su esposa, que es además cantante, se encontraban juntos por ser invitados principales del festival internacional de poesia Fip Cielo Abierto que se llevo a cabo en homenaje a Arguedas en Barranca y Puerto Supe (donde el escritor tuvo una casa de verano).
Hospedados en el mas céntrico hotel de la ciudad, durante las presentaciones, los recorridos y las cenas, pase momentos gratos (que ahora se vuelven memorables) con la pareja. Tan gratos que me invitaron para que fuera huésped de su hogar.
Con todo, lo que mas celebro es a la vez lo que mas deploro: saber que no estará presente -como acepto hacerlo- cuando "Primavera en llamas", el libro que reúne mi poesía, se encuentre en mis manos. 
 
 

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