miércoles, 13 de mayo de 2015

VOYAGE À LA VILLE DE LUMIÈRE




Homenajeada por "Medianoche en París", inmortalizada por "París era un fiesta", glorificada porque en sus cafés, calles y salones transitaron los mayores talentos de todos los tiempos y de todos los confines, Woody Allen y Ernest Hemingway, en el cine y en la literatura, no hicieron otra cosa que perennizar la magia luminosa de la que también se considera, con toda justicia, la Ciudad Luz.
"Me moriré en París", escribió Vallejo. Y así fue: allí vive el muerto mas inmortal que nació en el Perú. También allí escribió Mario Vargas Llosa su prodigiosa obra primigenia. 
París es no solo museos, palacios y pasado, sino también referente vario y constante. En suma París tiene, y puede tener, la magnitud de los ojos que la miran y las manos que la quieran -y puedan- palpar. 
Allí se encontraba, y allí sigue, el Moulin Rouge el cabaret que tuvo en Toulouse de Lautrec su mas legendario parroquiano. También allí se encuentra la tienda de prendas que fundara Coco Chanel y otra que creara un fabricante de relojes que los convirtió en joyas. Y aunque el símbolo de París es una torre de metal, no menos lo es la existencia de un restaurante al que concurría su constructor: el Maxim's.  Todos ellos referentes icónicos sin los cuales París no seria París.
Pero como este sumario comentario pecaría de absurdo desprovisto de imágenes, nada mas grato que insertar algunas que me procura la grata amistad de alguien que hace apenas unos días anduvo por París. De manera que, atendiendo a aquello de que una amiga o un amigo es uno mismo en otro cuerpo, he aquí -en cierto modo- lo mejor de mi.    
  






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