Con esas palabras mi abuela, la madre de mi madre, celebró emocionada la visita a Humaya, el complejo agroindustrial más importante del valle de Huaura en el que vivió y trabajó entre 1936 y 1945. Mirando la pétrea muralla natural que rodea al pueblo y al mismo tiempo como mirándose así misma dijo además: “Que dirán estos cerros. Esta vieja no muere. Aquí esta todavía”. No exageraba: la Navidad de 2012 era la Navidad 100 de su existencia.Y puesto que lo asombroso se vuelve también familiar creo que nos acostumbramos a verla siempre.
Ocurre que la madre de Guillermo no solo pasó su infancia en Humaya sino incluso nació allí. De manera que si ambos compartimos las aulas del colegio Luis Fabio Xammar entre 1975-79, no es improbable que también Saturnina y Genoveva, nuestras madres, compartieran juegos y hasta acaso amistad. En todo caso, me complace creer que la amistad de sus hijos es la continuidad de aquella coincidencia.
NAVIDAD 2012
Y lo gracioso es que cargamos con la abuela, qué, con sus 100 años a cuestas, salió contenta a
pasear y tomar inka kola.
QUE LINDA, QUIERO COMPARTIR ESA EXPERIENCIA PRIMO
Créeme, me emociona decirte esto a tí ( a tí que
fuiste también criada por una abuela)
QUE LINDA
IRE CON MI CAMARÁ PARA FOTOGRAFIARLA
Gracias.
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