Las sombras cautivan
El silencio cotidiano
Los retratos la pared
Una mujer mi asombro:
Mi madre en una esquina
El espejo impasible
La tarde en su agonía
Me devuelven entonces
La imagen de un hombre solo
Que mira su soledad
En el bruñir de su memoria
Tropel
jubiloso de voces
Orfandad de penas
Sabores colores olores
Inequívoca roja gelatina
Vago fulgor de nostalgia
Cuatro años en Astobamba
Primer acontecimiento social
De mi vida
Mañana sin mañana
El nieto en la escuela
El abuelo en el ataúd
Que mandó traer
Y aun probarse
Tal si fuera una prenda
O un sombrero
Todo esto sucedió aquí
En esta sala colmada de ausencias
En esta sala donde solo el silencio
Perdura implacable
Junto a mustios retratos
Que pueblan sus calladas paredes
Ante una mujer que no conozco:
Mi madre antes de serlo
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