domingo, 31 de mayo de 2015

HÉROE CIVIL Y AUTOR DE "CAJATAMBINA"






Corría la década de los años cincuenta del siglo pasado cuando un muchacho sanmarquino, nacido en 1929, pasaba en Cajatambo sus vacaciones antes de volver a sus clases en la facultad de medicina de San Fernando.
Aquellas vacaciones coincidieron con las nubes y las lluvias, y cómo no podía ser tampoco de otro modo, Perico, al igual que sus demás primos y amigos, se prepararó para participar en las huaylashadas formando parte de una pandilla y estrenando -nada menos- una canción.
Una tarde surgió la canción y aunque los testigos discrepan en sostener que el estímulo para su existencia fuera la súbita pasión que sintió Perico por Amalia, o bien por Nelly (las bellas hermanas Ticerán), lo cierto es que la canción se estrenó, y aun cuando su autor debió partir, "Cajatambina" se quedó para siempre.
Pedro Perico Reyes Barboza,  se fue para hacerse médico. Acaso jamás imagino que aquel puñado de palabras que una tarde junto para cantar y bailar, bajo las nubes y entre la lluvia, sería el más perdurable regalo a su memoria. Y a la gloria del pueblo que lo inspiró.
Dos jóvenes de Oyón, Teodomiro Cuellar y Raúl Conejo, fueron testigos y protagonistas del estreno. Pedro regresó a Lima y nunca más compuso otra canción, mientras  Teodomiro y Raúl -al igual que cientos de cajatambinos- entre atender sus chacras y ganados la hicieron parte de  sus vidas.
A mediados de 2012 me tocó conducir un programa de radio en Huacho. El domingo 10.6.2012 el programa fue dedicado a rendir homenaje al autor de la canción mas representativa de Cajatambo. Ninguna ocasión resultó entonces mas propicia para compartir las palabras, plenas de implacable franqueza e impecable gratitud, que Carlos Reyes Mispireta juzgó pertinente remitir desde México.

Carlos con su familia junto a su madre en México 
"Mi padre murió el 10 de junio de 1970, cuando interrumpió sus vacaciones para ir a dar ayuda médica a las víctimas del terremoto del 31 de mayo. Mi madre tenia entonces 34 años y yo 8, mis hermanos, 10 el mayor, 6 el tercero y 1 el benjamín. Acababa de inaugurar su casa nueva en Barranca, para el cumple de mi mamá el 27 de mayo. Y por ello estaba en Perú porque pensó ir al mundial de fútbol de México 70, pero mi madre, razonable, le dijo que con la casa nueva y el coche nuevo estaban muy gastados".
"Nació en el Callao y estudió en Huacho. Luego fué a la facultad de medicina de la UNMSM. Sé que gustaba de la música, orquestal de fines del XIX: Tchaikovsy, Rachmaninof, Dukas. Me pasé la infancia escuchando sus discos".

1973, tres años  después de la tragedia, Teresa y sus hijos

"Recuerdo la noche en que tocaron el timbre y luego de unos momentos escuché llorar a gritos a mi madre, unos amigos de la familia nos llevaron entonces a dormir a su casa y de allí partimos directamente a casa de nuestra abuela materna, en Huacho. Volví a pisar la casa de Barranca de adolescente, los muebles, casi todos fueron abandonados en Huacho, donde terminamos el año escolar 1970. En diciembre nos mudamos a Lima, donde viví hasta los 39 años. Hicimos un quiebre y empezamos una nueva vida soplando las cenizas de la anterior. Mi madre, y en buena medida todos nosotros, nos quedamos con la idea marcada de que todo se puede ir a la mierda cuando mejor todo va...y que todo, todo aquello que das por sentado en tu vida cuando eres feliz puede siempre desaparecer en unos minutos e irse volando con el primer viento del otoño. Thus, that you should always set the day".


"Una precisión, en la foto que acompaña la nota aparece mi padre con mi madre (Teresa Mispireta) quien no es la musa de la canción famosa pero si su fue novia y amante esposa (cosas del destino). Mi madre, para mayores precisiones es huachana (igual que el suscrito) y la foto fue tomada en Huacho, cuando mi madre tenía 15 años, mi padre unos 24 (le llevaba 9), unos años después de inventarse la canción (aun cuando ello no puede evidentemente demostrarse)". 



El escenario de la tragedia




3 comentarios:

  1. En Huaraz la calle José Olaya, el Campo Santo de Yungay, el Cristo Monumental, las cuatro palmeras de la Plaza de Armas, son mudos testigos de la tragedia del 31 de mayo de 1970. Mi corazón latió con dolor cuando vi en una piedra que bajó del Huascarán la placa recordatoria de los tripulantes del avión argentino estrellado en el nevado del Huascarán. que acudió en ayuda de los hermanos peruanos. Y este recordatorio me llena de nostalgia... Gracias Amigo poeta - historiador Cesar Reyes. Juan Carlos Priotti.-

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  2. Tendría unos 9 o 10 años cuando mi padre y yo, viajamos de Rupay a Huacho. Yo ya tocaba guitarra y había escuchado hace poco "te perdí carmencita", disco grabado por el arpista y cantante Pelayo Vallejo. No teníamos aun el disco, que era un vinilo de 45rpm de la época. En el lado B del mismo también grabó la canción "quizás, quizás". Estaba, al igual que mi padre, y todo Cajatambino (en aquella vez Oyón era distrito de Cajatambo) impresionados por el virtuosismo del arpa y la calidez de la voz de Pelayo Vallejo. Esperábamos al ómnibus que nos transportaría, pero sucedió algo mejor. Don Efraín Delgado, minero, oyonisto y pariente nuestro, apareció solo y conduciendo su camioneta. Se detuvo, se saludaron muy contentes y nos enrumbamos juntos hasta Sayán, pues Don Efraín viajaba hacia Lima. Paramos en Churín para almorzar y fue cuando hizo su aparición Raúl Conejo, (era en realidad Raúl Ruiz Conejo, pero todos le decían Raúl Conejo) y al poco rato el mismísimo Pelayo Vallejo. Raúl era un excelente guitarrista, y estaba con su guitarra en ese momento. Luego de intercambiar algunas palabras fue Pelayo que le preguntó a mi padre, ¿cierto que el doctor Pedro Reyes compuso cajatambina en un pañuelo? cuéntame tu que viste todo". Mi padre, contó que Pedro estaba muy impresionado por una dama a la que quería sorprenderla con una serenata. Raúl Conejo estaba de paso por Cajatambo, y mi padre estaba en el mismo lugar para comprar reses por lo que viajaba a menudo a Cajatambo. Mi padre también ejecutaba la guitarra así que Pedro los convenció para dar una serenata y comenzaron a escoger las canciones. A Pedro, al parecer no le convencía las canciones que se proponían y se animó a componer "a ver que tal sale". No había papel así que demoraron un poco en conseguirlo y comenzó a componer ahí mismo. Pero no era un pañuelo, era un papel. El tiempo pasaba y no lograba cuajar una fuga. Entonces todos propusieron una fuga distinta y Pedro escogió: " si tu me quieres me querrás, si tu me amas, me amarás si no me quieres que voy hacer, con retirarme se acabará". Esta fuga tenía una segunda parte que acababa en "otra barata no faltará", que Pedro y los demás, (menos Raúl) desestimaron. La cantó mi padre, la´acompañó Raul, y así nació una de las canciones más emblemáticas del ande del norte chico. Pedro no era compositor ni músico dedicado a estos menesteres, era médico. Su inquietud no era vivir de sus composiciones, era solo un hombre que quería expresar lo que sentía. No lo conocí, pero el hecho que sea considerado oficialmente héroe de la medicina nacional, y todos los años se le rinda homenaje en su tumba, que en Barranca haya una calle con su nombre nos da una idea de la calidad humana del Dr. Pedro Reyes Barboza. Ese día tuve varias emociones, conocer a Raúl Conejo, guitarrista del cual se hablaba mucho, a Pelayo Vallejo, tremendo interprete del arpa y canto oyonisto, enterarme como nació una canción que la cantamos todos, y la tristeza de saber que quien la compuso ya no está con nosotros, pero que mucha gente lo recuerda mas allá de su canción. La conversación terminó con un gesto inesperado por parte de Pelayo Vallejo. Como si hiciera un alarde de prestidigitación, metió la mano a su saco y extrajo varios discos de 45 rpm, con dos temas grabados por su voz y su arpa para el sello Sono Radio, "te perdí Carmencita" y "Quizás, quizás". Los regaló a sus contertulios y nos retiramos no sin antes pedir a la dueña del restaurant, que pusiera el disco para escucharlo. Conservo hasta ahora este disco.

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  3. Una historia maravillosa, que bien podría ser una novela marcando rumbos en la eterna eternura de los Andes.-

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