A
media tarde del 13.4.2006, bajo un cálido sol y un viento fresco que agitaba las
ramas rodeado, sobre el verde cesped, de la gente que quiso y se dedicó a
servir César Augusto Melendez Sifuentes quedó sepultado bajo tierra en uno de los mas discretos y silenciosos cementerios de la campiña de Huacho. Allí junto a su cuñado, su primo,
un integrante de la hermandad de la Mamá Shona y su hermana me tocó
hablar. Mejor dicho: pedí hacerlo. Por los aplausos y por los abrazos y
las lagrimas de sus familiares me parece que apreciaron mis
palabras. Incluso hubo quien -lo recuerdo bien- me dijo: " César, lo que has dicho nos ha llegado al bobo".
En verdad, no lo sé; pero si estoy seguro que nunca sentí tanta
responsabilidad porque simplemente el finado -como se acostumbra
decir acá- no soportaba huevadas (ni hechas ni dichas).
Luego
de despedirme de sus familiares en el mismo "Expreso Ambar", conducido
por el último ayudante de mi tocayo, me despedí en una esquina de la Av.
San Martín del venerable Ford y de los amigos que volví a ver.
Aquí el texto de las palabras que expresé:
http://albumdepalabras.blogspot.pe/2015/…/expreso-ambar.html
Aquí el texto de las palabras que expresé:
http://albumdepalabras.blogspot.pe/2015/…/expreso-ambar.html
Amigo César Reyes: En el Tiempo Recuerdo sólo quedan nostalgias... El Expreso Ámbar como su nota seguirán rodando por los caminos del recuerdo, sostenido por los brazos de la vida. Que lúgubre sería el recuerdo sin vida, si su voz no fuera el eco del sol cuando brilla al despertar. Un abrazo.-
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