Con Domingo García Quinteros, Capitán de la Tarde 2014
Acompañando a Carlos Quinteros García, Capitán de la Tarde 2015
LVS y su creatura
La fundadora de Perú Qoya sonrie y brinda con jara asua en mate
El 1.8.2014 viajamos hasta la laguna de Viconga conforme a lo programado y al día siguiente, por invitación de doña Mechita Armas, junto con Lizbet Susanibarconcurrimos a su casa en Antay para degustar el más delicioso mate de Pari de cuantos apreciamos en las fiestas patronales de Cajatambo.
De igual modo, atendiendo la cordial invitación de , el domingo 8.9.2014 nos trasladamos a Lima para participar en la VIII Feria Gastronómica Cajatambina que organiza doña Meche y sus hijos.
Nos hicimos presente para ofrecer productos artesanales inspirados en los paisajes y en las fiestas de Cajatambo, y también para promocionar las cinco rutas diseñadas y programadas por Peru Qoya. Pero en especial fuimos para ver y celebrar el video que URA Producciones había editado sobre el viaje a Viconga.
Pero en verdad, más allá de degustar -al ritmo de la música que más queremos- los sabores añorados, la verdadera celebración fue sin duda la sucesión de saludos y abrazos, sellados -como no podía ser de otro modo- con un buen brindis. El mejor de todos: el que procura la embriaguez de encontrarse con las personas a las que uno importa y que se quiere y se prefiere. De manera que, como tampoco podría ser de otro modo, el trago -sea cual fuere- deviene en tales circunstancias en apenas un bebible pretexto.
Guiado por el apego insobornable de la sangre a la tierra que dió vida a nuestras vidas, consagrado a través de la devoción a María
Magdalena, patrona de la provincia de Cajatambo, exactamente el día de su
cumpleaños, Domingo García Quinteros eligió juntar amigos y familiares el
domingo 30.3.2014. Oferente principal de las celebraciones patronales en
Cajatambo, Capitán de la Tarde taurina del 31.7.2014, sin duda Domingo, aquel domingo, protagonizó su onomástico más concurrido y apoteósico. Nunca mas justo ni mejor
merecido. Pues, si es verdad que cantar es engañar a la muerte (que siempre
gana), nada más cierto afirmar que Domingo a través de “Los Clásicos”, el grupo musical
que dirige, es quien con más éxito la ha burlado con instantes de eterno júbilo y suprema emoción.
Por eso, aunque se
tratara en concreto de una Junta (que en Huacho se denomina Wilakuy), antes que
un acto de respaldo y afirmación, al amigo y a una entrañable tradición, el
domingo 30 de marzo en local de Huarocondo (que existe en el mapa y en la
imaginación) Domingo ha sido merecedor del más explicito y franco homenaje a su
trayectoria de tenaz cultor de la música cajatambina. Y el mejor homenaje ha
sido que todos los que se hicieron presentes le dieran como presente a Domingo
el más inolvidable domingo de su vida.
Incluso yo mismo, a
mis cincuenta y un años, rengo y convaleciente de una operación reciente,
decidí abandonar mi reposo forzoso y llegar a aquel local cuyo nombre tuvo para
mi -desde la lectura de “Un mundo para Julius”- míticas resonancias literarias
(pues ocurre que el mayordomo de la trama de la novela de Alfredo Bryce es el tesorero, nada menos, del Centro
Social Huarocondo). De manera que, seguro de hallar la recompensa de gratos
reencuentros, imposibilitado de bailar y apenas tentado a beber, por primera
vez en mi vida pasé, el domingo de Domingo, todo el tiempo de mi permanencia
dedicado a ver bailar entusiastas y sedientos concurrentes.
En particular, no
podría evocar el domingo más feliz de Domingo sin mencionar que la condena de contemplar me
procuró la gratitud de vislumbrar el regocijo de una nueva generación tan virtuosa y dotada para
el baile y para la vida, que a su modo, con su alegría, tributó a Domingo y a Cajatambo,
el más espontaneo y cautivante de los espectáculos. No por fugaz menos
memorable, no por tumultoso menos vistoso. Excelso y discreto privilegio el mío de ver hermosa a una mujer en el momento en que lo es más todavía: cuando baila.
Los médicos, y
nosotros mismos que somos su materia prima y final, tenemos la certeza de que nuestro
cuerpo se compone de órganos, de partes de un todo que nos da vida y salud. Pero
aunque no lo digan los médicos, ni nosotros mismos lo pensemos, las mujeres y
los hombres, más que de músculos o de huesos estamos hechos de historias.
Historias que convierten un árbol o una calle en algo más que una planta o una
hilera de casas. Y es por esa embriaguez de comparecer ante lo vivido y lo vívido, despojados de todo cuanto somos o hacemos, es que de vez en cuando nos juntamos para que
al igual que los árboles que conforman el bosque o las calles al pueblo, celebrar juntos el orgullo y la gratitud de saber que Cajatambo, más que en un espacio
geográfico, estará siempre presente donde está su gente. Reporte fotográfico:
Un pueblo en el que existen nombres,
y hombres, que se llamen Sócrates, Pericles,
Aristóteles, Ulises, Aquiles y mujeres que se llamen Ninfa, Penélope, Tamia,
Dunia, Alina no es en definitiva cualquier pueblo. Y que ese pueblo se
encuentre localizado a 3, 200 metros de altura y a una distancia de 356 km de
Lima, la urbe capital del Perú, no hace sino acrecentar su valer. Y ni que
decir, si además, se trata de una de las provincias más antiguas del estado
peruano. Sin embargo, todo eso y mucho mas es Cajatambo; la provincia que nació
con la República.
Huancos en Palacio de Gobierno
En virtud a aquel status de
prelación histórica Cajatambo fue motivo de un homenaje especial el 13.7.2013
en Palacio de Gobierno. Aquel día en los pasos de “Los Huancos”, su hermosa y
vistosa danza guerrera, Cajatambo se hizo presente no solo en el patio de
Palacio sino también - vía canal 7- ante los ojos y oídos de
millones de peruanos. Por designios del destino, que nos da una historia y un
lugar para amar, recordar y honrar, asumí aquel día el encargo de presentar, y
representar, a mi tierra.
Un poema anónimo quechua que
habla de milenarios guerreros y un párrafo de las memorias del marino ingles
William Bennet Stevenson me sirvieron para decir lo que tuve que decir. Al
final, fue la representante de la alcaldesa de Lima, quien celebro el uso de
los textos. Tanto, incluso, que, amable y generosa, se retiró no sin antes
expresarme su gratitud. Entonces, al escucharla, con no menos emoción que a mi
madre evoqué la memoria de José María Arguedas.
Astobamba
Y es que aun cuando nací en
Cajatambo, de los 50 años que tengo en el 2013, apenas un par de ellos los pasé
en Cajatambo. Pues el resto de mi existencia ha tenido como escenarios vitales
dos ciudades: Huacho y Lima. Por si fuera poco, cuando regresé a Cajatambo a
los 20 -a caballo desde Ambar- ignoraba que Cajatambo fuese el reino de las
guitarras y las mandolinas en el Perú. Y ni qué decir (quien lo diría) de la
manera de bailarlo. Sin embargo, apenas al llegar, al escuchar la música cajatambina, lloré de
emoción.
El tiempo ha pasado y casi sin proponérmelo,
pese ha no haber desfallecido de amor por algún inolvidable amor adolescente camino
al colegio Paulino Fuentes Castro, siento que el mejor regalo que le debo a la
vida es el haber nacido en Cajatambo. Pero acaso, por eso mismo, al decirlo con
actos, al constatar las prioridades que rigen sus vidas, no haya regocijo más
supremo de descubrir que ser cajatambina o cajatambino antes que nacer es un
modo de ser. Un culto tan impensado y extremo que, entre otras cosas, hace
claro y visible saber lo que es eso; eso que tantas veces se dice y pocas se
entiende: cultura.
Palla 2013
Aunque, del mismo modo que las
dos terceras partes de la población nacional, las familias cajatambinas se
hayan mudado a las urbes litorales o más allá de los confines patrios, las
cajatambinas y los cajatambinos -al igual que en el caso del célebre poema de
Constantino Cavafis, en la interpretación de Vargas Llosa- no hay día de su
existencia en que, en todo cuanto emprendan, que no comporte un tributo a Cajatambo. Un reconocimiento no a lo que se puede ver y
cuantificar sino aquello que les permitió descubrir o lograr. A todo lo que de
nada se hizo todo. A lo que con fe, convicción y tesón, con absoluta propiedad,
constituye la cultura cajatambina.
Por esa razón (que excede a la
misma razón), cada año, al menos por una semana o más Cajatambo recibe el más
reverente y apasionado homenaje de sus hijas y sus hijos: la presencia que da
vida a remotos y melodiosos cantos en quechua, al sabor de comidas rituales que
conjuran el devenir de todos lo tiempos y de todos los caminos, al contrapunto
vibrante de guitarras y mandolinas que aun conservan el fuego sonoro de lejanas
y melodiosas soleas, fandangos y bulerías.
Domingo Quinteros, Capitán de la Tarde 2014
Ocurre pues que Cajatambo, del
mismo modo que el país mismo, es un pueblo cuyo futuro está en su pasado. Y por
eso mismo, nacer en Cajatambo o descender de él, es, ante todo, y después de
todo, un modo de vivir y también de morir. Pues hasta para eso, para irnos a
nuestra manera, las cajatambinas y cajatambinos tenemos nuestros ritos y nuestro
canto.
Campanario, templo y mercado antiguos de Cajatambo
Por esas cosas gratas que hace
posible la ubicuidad virtual esta mañana, cuando me disponía a corregir los
textos de la compilación (también virtual) que lleva el título de “Cajatambo,
en la historia y en la memoria” http://cashatampu.blogspot.com/(que pronto será un libro editado y presentado por
el Congreso de la República), al ver las imágenes insertas en el blog de José
Victorio Roque http://pressunitedcajatambo.blogspot.com/2013/09/domingo-garcia-quinteros.htmlsobre la reunión convocada por el Capitán de la Tarde Taurina del
último día de Julio de 2014, Domingo García Quinteros, se me ocurrió -antes de
emprender la solitaria faena de escribir y reescribir la historia de mi pueblo- yaparle un comentario que acaso a alguien importe.