martes, 23 de julio de 2013

CAJATAMBO EN HUACHO


"Cajatambo, tesoro de cantos y encantos. Cajatambo, provincia fundacional de la República. Cajatambo, ruta de expansión de la Civilización Andina. Cajatambo, la provincia más antigua del Perú, está de fiesta, y ningún lugar mejor para anunciarlo que el primer recinto de la Patría", con estas palabras pronunciadas la mañana del sábado 13 de julio de 2013, comenzó los actos celebratorios que la comunidad cajatambina, residente en Lima, en Huacho y en la ciudad de Cajatambo, realiza en tributo a su patrona: Santa María Magdalena.

En el silencio sepulcral y solemne del patio de Palacio de Gobierno el sonido del tambor y
de la flauta -pues el homenaje fue transmitido en directo por la televisión estatal- marcó la presencia de Cajatambo. El sonido  del tambor y de la flauta que fijan la sincronía y el ritmo marcial de las mudanzas de "Los Huancos". De manera que, literalmente, en los pies de los danzantes que hacen reminiscencia de remotos guerreros de las conquistas incaicas recayó la presentación y representación de Cajatambo. 


Aquella danza no era muy distinta de la que en las celebraciones de Corpus Cristi de 1825 vio el marino ingles (viajero, cronista y etnógrafo, a la vez) William Bennett Stevenson en Huacho. “Durante la semana,-relata Bennett- la aldea está animada con diferentes comparsas de bailarines: una llamada huancos está compuesta de ocho o diez hombres que lucen grandes coronas con plumas de avestruz (de las llanuras de Buenos Aires) en sus cabezas; las plumas están amarradas en un rollo de tela roja, que sostiene no menos de quinientas largas plumas de varios colores pero particularmente el rojo. Tienen pequeños ponchos de brocado, tejido o de satén; en sus piernas llevan envolturas de cuero, llenas de cascabeles; sus rostros están parcialmente cubiertos por un pañuelo atado encima de sus bocas y llevan garrotes como armas; y en el brazo izquierdo un pequeño escudo de madera. Danzan a lo largo de las calles al sonido de flauta y tambor, manteniéndose al tono, de manera que las campanitas de sus piernas golpeen al mismo tiempo que la flauta y el tambor”. Asimismo, se hizo presente la danza festiva que recrea, dentro de la particular comovisión andina, la dualidad constante -del bien y del mal- en estos y otros tiempos: "Los Aucas".

Por su parte, James Paroissien, médico y edecan del general San Martín, apenas once días después del desembarco del Ejército Unido Libertador en el litoral de la provincia de Huaura, anota en su diario, el 21 de noviembre de 1820: “Hoy recibimos noticias que toda la provincia de Cajatambo ha declarado a favor de la causa patriota. Desde puntos distantes viene gente a presentarse donde el general. Nuestro ejercito va aumentando rápidamente y los oficiales están ocupadísimos en instruir a los reclutas, etc.” De igual forma, el 28 del mismo mes precisa: “Treinta excelentes pescadores de Huacho se han ofrecido de voluntarios a nuestra Marina”. Con lo cual se evidencia que el pueblo de Huacho y de Cajatambo compartieron no solo las mismas costumbres festivas sino también similar protagonismo histórico en horas cruciales de la historia del Perú.

Acaso la gloria del aquel heroico pasado sea un factor de la inserción de la comunidad
cajatambina en el ámbito de la provincia de Huaura. Y lo más sorprendente es que aun cuando Barranca sea la provincia de proximidad inmediata, ubicada en el curso de la cuenca de un mismo río compartido, el Pativilca, cuyas aguas descienden de los glaciares de Cajatambo, después de la comunidad residente en Lima es en Huacho en donde se han establecido más familias cajatambinas. De tal suerte, que, sin exagerar, es valido sostener que los cajatambinos han hecho de Huacho una extensión de Cajatambo.

Y es este el contexto en donde, cada año, la comunidad cajatambina lleva a cabo la
celebración más vistosa y elegante, además de genuina, de la ciudad capital de la región Lima. En el 2013, a correspondido la responsabilidad principal de ser oferente a doña Sabina Osorio Taicas, pues ha sido ella la Capitana de la Tarde taurina que se llevó a cabo el 21 de Julio. Pero antes que la del ruedo, valgan verdades, la verdadera fiesta fue sobre la mesa: más de mil mates de parí servidos a los concurrentes durante las horas previas a la corrida de toros.

Cinco carnes (cuyes, gallina, res, oveja y charqui) componen el emblema de la gastronomía cajatambina: el Parí. Y sino fuera ya bastante la variedad de carnes que nadan entre la papaseca graneadita, el ingrediente final resulta contundente: una piedra candente, extraída de las brasas del fogón, dentro del caldo y entre las carnes. Nada que se  le parezca resulta tan remoto y tan presente a la vez. Y por eso, más que un potaje, servirse un mate de Parí, con puñados de maíz tostado regados a granel sobre el mantel, constituye acaso el acto de comunión y de reverencia mas autentico a una singular y misteriosa herencia secular.

Como cada año, este 2013, desde el 24 de julio hasta el 2 de agosto, Cajatambo se apresta a rendir tributo a Santa María Magdalena. 
La herencia ancestral, en armoniosa y respetuosa alternancia, han hecho de Cajatambo un pueblo particularmente andino y a la vez hispano.
Un pueblo bilingue que disfruta del castellano sin olvidar el quechua, no por necesidad, sino por gratitud.
Un pueblo de incas y pallas, y a la vez, un pueblo de capitanes y damas flamencas, orgullosos de su legado quechua y español.
En suma, un pueblo singular y único como sus tesoros glaciares.
Un pueblo que desde antiguo hizo de la hospitalidad un culto sagrado.
Un pueblo que premia siempre, a quien se atreva a descubrirlo, con los corazones y los brazos abierto.
Un pueblo que puedes hacer tuyo.

Las guitarras y las mandolinas llegaron de España. Enseguida, allende los mares, se hicieron también peruanas; criollas y a la vez andinas. Pero sobre todo, cajatambinas.
En otras partes del Perú arraigó la guitarra y la mandolina, pero solo en Cajatambo adquirió la enjundia vibrante y vertiginosa de los fandangos y las bulerías andaluzas.
¿Cómo carajo, me he preguntado muchas veces, surgió una música tan hermosa en un pueblo tan solo rodeado por cerros?
Que importa la respuesta, -salvo aquella de que los hombres son los únicos olmos que dan peras- si ella existe y persiste: elegante y melodiosa.
Única y admirable, igual que sus montañas.

Entre el contrapunto jubiloso de las bandas de viento Sabina me agradece haber colaborado  en su celebración. "Disculpa las molestias que te he causado en todo este año". Le respondo con absoluta franqueza: "Al contrario, me apena que ya no comeré lo que saboreé todo este año". Ríe de buena gana. Pero es verdad: Sabina llegó a los 14 años a Huacho y se quedó para hacerse huachana-cajatambina. Se quedó en Huacho, pero al mismo tiempo trajo a Huacho lo mejor de Cajatambo: sus sabores milenarios. 

"La nostalgia comienza por el estomago", dicen que acostumbraba decir el médico y líder
 argentino-cubano Ernesto "Che" Guevara. Al margen de controversias conceptuales, la afirmación resulta categórica. Tan contundente como un mate de Parí ofrecido, y que mejor, preparado por las prodigiosas manos de Sabina.

Secuencia gráfica: Agencia operadora de turismo Perú Qoya.

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