martes, 3 de septiembre de 2013

HISTORIA DE UNA FOTO

Entre el pueblo de Utcas (comunidad campesina productora del maíz mas dulce del país) y la ciudad de Cajatambo (provincia ganadera y glaciar que enorgullece al Perú) existe una distancia de 6 km. En el trayecto, sea por la carretera o por el antiguo camino de herradura, se aprecia el Huacshash (el glaciar solitario que anuncia que Cajatambo es una provincia de montañas), de manera que recorrer aquella ruta es siempre un privilegio de la vista. Pero -en mi caso- nunca lo fue más que cuando (por esas cosas que tiene la vida y la ubicuidad virtual) tuve ante mis ojos esta foto. Ver al Huacshash, siempre grato de ver, y en primer plano, una hermosa presencia de evidentes, y eminentes, rasgos andinos extremó mi nostalgia. Pero encontrar en la imágen, nada menos, que a Lizbet Susanibar me condujo simplemente a un nivel de fascinación. Quedé perplejo. Literalmente, sentí un nock out emocional. Pues, en ese momento tuve la absoluta certeza de que ninguna mujer podía atraerme más, ni jamás. Entonces decidí conquistar las montañas sabiendo que de ese modo alcanzaría acaso -por mediación generosa de los Apus- lo que en las calles de Huacho me estaba vedado: su mirada y su atención. La mirada de su corazón.



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