miércoles, 3 de agosto de 2016

AMOR MÁS ALLÁ DEL AMOR



Siempre  creí que el amor verdadero  es aquel que más allá de la atracción  reciproca,  surge unido por una pasión, por un impulso vital que lo trasciende.
Un vínculo que acaso guarda y conforma la historia de George Mallory y Ruth Turner. Ocurre que Mallory fue un hombre rendido y cautivado por dos amores, aunque tuviera una sola sola mujer, (a la que, por cierto, amó con insobornable devoción). Su otro amor fueron las montañas.
El 8.6.1924, George Mallory y Andrew Irvine partieron rumbo a la cima del monte Everest. La cima más alta jamás hollada -hasta entonces- por hombre (o mujer) alguno. Y por eso mismo, en prueba de su supremo amor a Ruth, el alpinista británico había prometido a su mujer colocar su fotografía en el techo del mundo.
En 1999, setenta y cinco años después, otro alpinista emprendió la misma ruta (oficialmente conquistada en 1953 por Edmund Hillary y Tenzing Norgay) con un propósito singular y superior a cualquier redundante ascensión: hallar el cuerpo de George Mallory. Y lo encontró, el 29.5.1999, congelado, inerme y tendido boca abajo con la pierna derecha fracturada.
Por su parte, Conrad Anker, el alpinista que halló a Mallory, al igual que el mismo, era un hombre apasionado y torturado, por el amor a las montañas y el amor a Jennifer.
Jennifer Lowe-Akner, al igual que Ruth, sintió sin duda -en 1999 como en 1924-  el mismo pesar de ver partir al hombre que amaba. Pues, en su propio nombre, Jennifer (viuda del alpinista Alex Lowe) llevaba la marca de las montañas.
Dicen que Mallory nunca amó más a Ruth que cuando desafiaba al Everest y que viviendo junto a Ruth jamás soñó con más intensidad alcanzar la cima de la montaña mas elevada del planeta. Un amor de tres entre dos. Un amor único: "Unidos no por el amor, / sino por el espanto. / Será por eso que la quiero tanto", escribió Borges.
Y será por eso también que cuando le preguntaron a Mallory porqué moría por ascender a la montaña que podía desgraciarlo, legó algo que más que una simple respuesta, una hermosa  proclama: "!Porque está ahí¡".









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