miércoles, 31 de agosto de 2016

FORTUNA DE PAPEL




Puesto que el olvido también forma parte de la memoria, haciendo un alto al presente, he vuelto al pasado durante un par de días releyendo y expurgando periódicos archivados.  De primera intención, a punto estuve de condenarlos a  la hoguera, pero -deponiendo mi ímpetu pirómano- cedí a la tentación de echarles una mirada. Apiladas en cajas de cartón y conservadas por años, una a una, volví a leer a los 53 lo que leí a los 23. 
Zaheridas por el tiempo (igual que quien las guardó), en su pretérita modestia, constaté  que, primero que nada, aquellos precarios impresos, evidencian y exhalan el color y el olor del pasado. Sin embargo, en el reposo silencioso de palabras y de imágenes, volvieron a brillar textos memorables, que regresaron a sus cajas mas inolvidables y memorables que nunca. Artículos, entrevistas y crónicas (ausentes para el Internet pero imbatibles entre aquellos viejos papeles).
Cuando juzgué ineludible atesorar aquellos impresos,  era solo un lector ávido por tener lectores. Pero el presente, implacable, modifica al pasado. A la postre, creo ser un hombre con mas lecturas que lectores. Un hombre agradecido, y, en lo posible, memorioso.
Dirigido por Antonio Cisneros, "El Caballo Rojo" fue el suplemento del único periódico de izquierda que circuló en el Perú (a principios de la década de los ochenta del siglo pasado); pero ante todo fue -como le dijera un obrero al propio Toño- la biblioteca del pueblo. Su existencia fue breve, pero su recuerdo será siempre perdurable para quienes mitigaron la sed de sus espíritus en sus páginas.
Escrita por Gregorio Martínez, treinta años después,  tengo entre manos, otra vez, una crónica sobre Martín Adán que jamás olvidé: "Travesía de extrabares". Leo con emoción las palabras que evocan al poeta y al peregrino nocturno de una Lima insomne (el mismo al que, ya anciano, años después, en 1985, fui a despedir, premunido de fervor reverente, en un ataúd en el  asilo Canevaro).
Y aun cuando la referencia puede resultar irrelevante (pues para leer, como para hacer el amor, cualquier lugar es sitio propicio) después de dos días al amparo del árbol que sombrea el patio de la casa solariega que habito en Huacho, cierro las cajas convencido de que nunca hubo caballo mas noble ni ilustre que aquel que siempre seguirá galopando en mi memoria.

 http://www.revistaideele.com/ideele/content/caballo-ilustre



No hay comentarios:

Publicar un comentario